Hace poco una muchacha me pregunto “¿Por qué muerdes?”,
pregunta que respondí con la única neurona que tenia disponible en ese momento,
esa que decidió no aprender fútbol ni dejarme ser bueno en los deportes, esa
que si controlara mi vida quizás fuera abogado o psicólogo, pero dejemos el
rodeo, de esa neurona salió esta respuesta:
“Toda mi vida he oído de las mujeres: ‘los
hombres son unos perros’, así que pensé: para que pelear inútilmente, mejor sígueles
la corriente y exteriorizarlo.”
A lo cual ella respondió como todas, con una sonrisa.
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